Preguntas y respuestas sobre los Millennials

por Javier Ramírez



El sociólogo Luis Ayuso ofrece claves para entender una generación "deseada y planificada" y con unos retos enormes por el cambio social

La sociedad está cambiando, en parte a los nuevos hábitos de vida que presentan las nuevas generaciones, más pendientes del móvil y conscientes del difícil futuro al que tienen que hacer frente. Luis Ayuso, doctor en Sociología por la Universidad de Granada (2005), profesor titular del área de Sociología de la UMA, y especialista en investigación social y autor del Informe ‘Jóvenes Españoles 2010’, es una voz autorizada para analizar y ofrecer respuestas sobre el impacto que ha supuesto la generación Millennial (los nacidos entre 1981-1982 y los primeros años del 2000) en la sociedad actual y los cambios que se han producido en las formas de vida de los jóvenes en los últimos años. Estas son algunas de las cuestiones fundamentales sobre una generación puente de lo que está por venir y que aún no vislumbramos del todo.

Una generación con un cambio de prioridades en cuanto al trabajo y su forma de vida. Ya no sólo miran cuánto van a ganar en el trabajo, sino a qué hora van a salir. Calidad antes de cantidad. Muy dada a la movilidad, y no sólo por mejorar, sino por enriquecerse personalmente. Más tolerante, desconfiada de los bancos y que tendrá que afrontar el cuidado de sus padres, que los tuvieron para disfrutar de ellos. Una generación en gran parte nativa digital, que tendrá más parejas que las anteriores, pero que se va a tener que enfrentar a nuevos retos aunque intenten mantener una forma de vida con el consumo como bandera.

RELACIONES PERSONALES

¿Cómo han cambiado las formas de socialización en la generación Millennial?
Esta generación es peculiar por muchos motivos. Estamos ante la generación más corta debido al proceso demográfico, son pocos jóvenes y muy planificados por parte de la generación anterior. También han tenido menos hermanos que generaciones anteriores, por lo que el proceso de socialización con hermanos ha sido menor; y es muy probable de que los dos padres hayan trabajado o cursado estudios superiores.

¿Cómo influyen los padres en este tipo de generación?
Los niños han sido tenidos con unos padres más mayores como consecuencia del retraso de la fecundidad, por lo que han sido más maduros a la hora de educar a sus hijos. Además, se han encontrado con las nuevas tecnologías, cuyo impacto ha influido en el proceso de socialización.

¿Y con respecto a las relaciones afectivas?
Comparado con otras generaciones, los sociólogos prevén que ésta va a tener más parejas que las anteriores. En años anteriores, cuando se preguntaba por el número de parejas sexuales, observábamos que había muchísimas diferencias entre hombres y mujeres. Eso es algo que en los últimos años se ha ido recortando. Esta generación va a tener un mayor número de parejas.

¿Qué consecuencias tiene ese fenómeno?
Supone que van a tener que desarrollar estrategias para emparejarse y van a estar continuamente desarrollándolas. Porque el modelo anterior establecía que encontrabas una pareja y e iba a ser para toda la vida. Ahora las estrategias para emparejarse, formas de ligar, se van a extender durante todo el ciclo vital. También van a tener que enfrentarse a procesos de rupturas y a socializarse durante la ruptura para gestionar las emociones.

¿Son los Millennials una generación más tolerante que sus predecesores?
Los indicadores dicen que sí. Sabemos que a mayor nivel educativo hay una mayor probabilidad de tolerancia. Y en general, nos encontramos con la generación más formada de la historia. Pero claro, los valores se van a enfrentar a un contexto distinto al que tuvieron otras generaciones. Vamos a ver cómo existe una gran desigualdad entre jóvenes que están más integrados y otros que tienen unas tasas de abandono escolar de las más altas de Europa. Ellos van a rivalizar con la población que viene de fuera, y es posible que ahí los índices de tolerancia se reduzcan.

TRABAJO Y PRIORIDADES

¿Cómo influye la pérdida de trabajo en los jóvenes?
Ése es el gran reto de los Millennials. Tenemos una generación de jóvenes muy formada, pero a la que nuestro país no le ofrece oportunidades. Le exigimos que estudien, se preparen y cumplan con lo que la sociedad le indica; y luego a cambio faltan oportunidades. Eso hace que se tengan que ir fuera y que tengamos tasas de desempleo vergonzosas. Detrás de ese 50% de paro juvenil hay historias y proyectos de vida. Tengo la percepción de los jóvenes lo viven con un profundo pesimismo.

¿Es esta generación la de futuro más incierto?
Todas las generaciones tienen un futuro incierto. Las generaciones que sufrieron la Guerra Civil también tenía un futuro incierto. Lo que ocurre es que esta generación tiene las expectativas muy altas, porque las anteriores han hecho muchas cosas y muy bien. Venimos de los treinta mejores años de nuestra historia, en la que hemos asentado la igualdad, las pensiones e infraestructuras.
Cuando muchos jóvenes se comparan con la generación anterior, se dan cuenta de que ellos no van a poder llegar a lo que consiguieron sus padres o abuelos, que comparativamente crecieron y mejoraron mucho. Ellos con mucha dificultad van a acceder a una vivienda en propiedad o tienen cerrado la tenencia de hijos porque lo retrasan tanto que cuando quieren, no pueden.

Antes el éxito era tener trabajo, coche y pareja estable. ¿Se ha producido un cambio de prioridades entre los jóvenes?
Hay un cambio de valores, que es lo que Ronald Inglehart denominaba como el cambio de valores posmodernos. Se nota en cómo estamos pasando de la cantidad a la calidad en las sociedades avanzadas. El joven actual cada vez valora más la calidad. Los expedientes más brillantes de nuestras facultades ya no solo miran cuánto van a ganar, sino a qué hora van a salir. Eso es un cambio importante de mentalidad. Las historias de vida de estos jóvenes no son tan lineales como las de sus padres, sino que son más heterogéneas.

¿Cuánto de heterogéneas?
Por ejemplo, ese joven que dice «me voy un año fuera y cuando vuelva ya veré qué hago». En otra generación suponía perder un año, pero esta generación va a ser mucho más global. Realmente está adquiriendo idiomas, experiencia y conociendo mundo. Se valora eso. Cuánta gente se va de Erasmus y se dejan asignaturas por vivir la experiencia. Va a ser una generación mucho más móvil.

¿No existía esa movilidad también en otras generaciones?
En los años sesenta los jóvenes se movían para cumplir el servicio militar, pero la gente no salía apenas de España. Ahora se mueven muchísimo más, lo que supone enfrentarse a emigrar: enriquecimiento personal, conocer otras culturas y saber valerse por sí mismo. Adquirir autonomía para valorar lo de dentro y poder desarrollar nuevos proyectos.

VALORES Y FAMILIA

Uno de los valores tradicionales siempre ha sido la familia. ¿Qué concepto tienen de ella los Millennials?
Los jóvenes siguen siendo muy familiaristas, es de las cuestiones que menos cambian. La valoración de la familia sigue siendo fundamental. Pueden ser de derechas o izquierdas, ricos o pobres, religiosos o agnósticos… pero donde siempre coinciden es en la alta valoración que tienen de la familia. Es cierto que está cambiando, ahora tenemos que hablar de familias en plural, con muchos modos y formas de vivir la familia.

¿Cómo se refleja esto en la vida familiar?
Se ha producido una mayor democratización de las relaciones familiares. Ya no existen los conflictos y los jóvenes pueden hacer en su casa cosas imposibles para otras generaciones. Estamos ante los padres más tolerantes que han existido. La clave de la alta valoración ocurre por el apartado emocional de la familia, en la que encuentras emociones. Es algo muy importante en una sociedad instalada en el sentir, en el «que no te lo cuenten, vívelo». Por otro lado, la familia cumple una función estructural en la sociedad, porque es la que nos ayuda a encontrar trabajo, invierte en nuestra formación o nos ayuda cuando estamos enfermos.

Esto ocurre en unas familias que, como hablábamos antes, tiende a reducir el número de hermanos.
Los hermanos están en peligro de extinción, en el sentido de que es una generación corta donde cada vez que hay más jóvenes que no tienen hermanos. El concepto de familia, tal y como lo conocemos, va a ser transformado por esta generación.

¿Por qué?
Porque se tiende a la extinción de la madre cuidadora, esas madres de generaciones anteriores y educadas para cuidar. Las nuevas generaciones de mujeres son más formadas, trabajan fuera y no están educadas para ser súper madres, que ha sido el gran colchón familiar hasta ahora. También se van a enfrentar a nuevos problemas familiares: padres que van a vivir muchos años y que solo van a tener dos hijos para cuidarlos. Es un reto para nuestro estado de bienestar y la forma de entender la vida familiar: cómo va a hacer frente la generación Millenial a la demanda de cuidados de los Babyboomers que se han hecho mayores.

¿Esta situación familiar alarga también la emancipación de los jóvenes?
Está en un proceso de alargamiento paulatino. La emancipación es negativa en el sentido de que los jóvenes no asumen responsabilidades. La juventud había sido históricamente un proceso de tránsito rápido hacia la adultez, menos en el caso de los universitarios, que lo alargaban un poco más. Cuando la juventud se convierte en el espacio central de nuestro ciclo vital, lo que ocurre es que aparecen dificultades para salir de él.

¿Qué tipo de dificultades?
En un país en el que la tasa de paro juvenil es del 50% es muy complicado salir. Tenemos además la cultura de la vivienda en propiedad, no existen ayudas para el alquiler. Los padres tienen que ayudarles los primeros años para que tiren, por eso los hogares se han convertido en lugares cómodos, si no sería una olla a presión. Hacen falta políticas de emancipación, aunque no se nos debe olvidar que en España es un país familiarista: los Millennials son hijos que se tuvieron para disfrutar de ellos. Sus padres los tuvieron tarde y de forma muy planificada, eran niños muy deseados.

¿Es la de lo Millennials una generación hedonista?
Esos eran los valores clásicos de las sociedades modernas. Trabaja, trabaja y trabaja que el día de mañana recogerás. Estamos ante una sociedad hedonista, que valora cada vez más disfrutar, el pedir créditos para irse a la Feria. No es que antes se trabajara mucho y ahora solo estén de fiesta, sino que existe un nuevo contexto. Es la propia sociedad la que se ha convertido en hedonista.

REDES SOCIALES

¿Qué papel juegan las redes sociales virtuales en todo esto?
Son fundamentales, porque los jóvenes nacen y desarrollan en las redes sociales. Para poder entender la nueva juventud tenemos que comprender el papel que juegan las redes sociales. Tampoco hay que magnificarlas, porque son un instrumento más. ¿Cómo se liga ahora? El «¿estudias o trabajas?» de mi generación ha pasado a la historia, ahora se piden las direcciones en las redes sociales.

¿La aparición de malas prácticas en redes sociales era inevitable?
Por las redes sociales hay mucha porquería, igual que en la sociedad. Problemas como el sexting o el acoso a través de las redes nos dicen que hay que profundizar mejor en la educación en redes. Es un reto importante, porque las nuevas tecnologías las dominan mejor los hijos que los padres. No se le pueden poner barreras, sino educar en valores éticos y morales. Hay que enseñarles a lidiar con ese tipo de riesgos, que son similares a los que había antes de ir por la calle y que te ocurriera algo, por ejemplo.

¿Las redes sociales hacen a los jóvenes más homogéneos?
Ocurría igual con la generación que puso de moda el botellón. No éramos borregos que íbamos a emborracharnos sino que necesitábamos un espacio informal en el que hablar. No es casualidad que hayan bajado los índices de botellones con la aparición de las redes sociales. No creo que homogeneice a la sociedad, sino que ayuda a la innovación. Enriquece conocer lo que está pasando en otros países, algo de lo que otras generaciones no tenían conciencia.

¿Son más dependientes de las nuevas tecnologías?
Totalmente. Y más que lo vamos a ser. Primero fue la dependencia del coche y ahora ocurre con el móvil. La gente ve la televisión con el móvil, en las conversaciones se habla con las personas y con el móvil. El móvil ayuda a ligar y a mil cuestiones nuevas. Hay autores que hablan de que tenemos dos cerebros: el nuestro y el que está adaptado a nosotros. Estoy convencido de que los cambios van a ser más profundos. Esta es la última generación que va a cocinar, porque se crearán otras cosas.

ECONOMÍA

En el apartado económico, ¿cómo se puede definir la generación Millennial?
Es una generación que tiene un colchón de bienestar que no tenían otras generaciones, exceptuando jóvenes que lo pasan muy mal. Si se analizan las herencias recibidas, en los últimos 30 años han subido los niveles medios, lo que coincide con el menor número de hermanos. Es de prever que la clase media reciba un legado que no otras generaciones no tuvieron. Eso no quita que tengan muchas dificultades para acceder al mercado laboral.

¿Ha cambiado la relación con los bancos?
Existe una tremenda desconfianza con los bancos, cuyo prestigio ha caído en picado. La troika y el discurso de los mercados han creado una imagen negativa de los bancos, aunque sepamos que son fundamentales para que funcione el sistema.

¿Y las formas de consumir?
La tendencia de la sociedad es la de consumir como manera de construir nuestra identidad. Hay distintas esferas de consumo. Puedes consumir en los chinos o en El Corte Inglés, pero tienes la capacidad de consumir. En distintos niveles, pero se adecúa el consumo para una sociedad en la que forma parte de nuestro ritual. La gente necesita consumir.

POLÍTICA

¿Cómo ha cambiado la mentalidad política con la generación Millennial?
Tras la importancia de los jóvenes en el desarrollo de la Transición, en los últimos años se ha detectado una desafección de los jóvenes con la política, aunque sigue existiendo. A muchos jóvenes la política no les interesa o viven ajenos a ella.

¿Qué papel han jugado los movimientos sociales en la concienciación política de los jóvenes?
Con los movimientos sociales hay un indicio de un mayor despertar en la conciencia política. Lo que sí es cierto es que las redes sociales han hecho que entren muchos temas que fluyen a través de las redes. Eso hace que nos posicionemos en cuestiones propias de la sociedad civil, las que se hacen en el día a día. Los jóvenes son más cercanos a esa política de la calle, que no es ni de derechas ni de izquierdas. Es lo que quería instrumentalizar el movimiento 15-M, hasta que se ideologizó.

DROGAS

¿Es la relación con la droga diferente en el caso de los Millennials?
La primera generación que tiene acceso a la droga era una generación que no sabía qué eran las drogas y tenía muy poca información sobre ella. La generación de hoy día debería –no sé si la tiene– tener mucha más información. Digamos que debería ser más responsable que una generación que no sabía lo que era fumarse un porro o lo que era la heroína. También hay que señalar la corriente hedonista, del aquí y ahora, que está vinculada con las drogas. Habría que ver que es droga, porque hay sociedades narcotizadas en las que se toman una pastilla para levantarse y otra para dormir. Las drogas van a seguir estando ahí, y surgirán drogas nuevas. Al igual que con las redes sociales, hay que ser conscientes.

Con todo lo visto, ¿qué retrato haríamos de generación Millennial?
Es una generación corta, deseada y planificada. Es una generación satisfecha y con unos retos enormes debido a la aceleración del cambio social. También es familiarista y similar a las demás en el sentido del ocio.